La Vicerrectoría de Docencia es la instancia de la Universidad Nacional que coordina, asesora, integra y formula la acción sustantiva docente, a la vez gestiona y promueve procesos innovadores propios de su ámbito de competencia, según los planes y propuestas de la Rectoría y los propios, en coordinación con otras instancias universitarias.
Con su quehacer promueve el despliegue de nuevos nichos académicos en áreas emergentes para el desarrollo social, económico, político y cultural del país e impulsa la flexibilización, actualización y pertinencia de los procesos académicos. A estos efectos, la Vicerrectoría de Docencia orienta el diseño curricular, la autoevaluación de carreras con fines de mejoramiento y de acreditación, la evaluación del desempeño docente, la actualización y certificación pedagógica del personal académico de la Institución, la gestión de proyectos de docencia y la incorporación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las experiencias de aprendizaje.
Asimismo, favorece el desarrollo académico y personal del estudiantado, mediante un proceso integral de apoyo y acompañamiento institucional que contribuye con su desempeño, permanencia y egreso exitoso; coordina con las instancias internas y externas para la aplicación y procesamiento de la Prueba de Aptitud Académica (examen de admisión) y las pruebas de aptitud específica y realiza un seguimiento y enlazamiento de las personas graduadas.
Todo ello en el marco de una dinámica de innovación, de mejoramiento continuo, de transparencia académica y de rendición de cuentas.
La Vicerrectoría de Docencia asume el compromiso de crear las bases para que, paulatinamente, cada una de las instancias universitarias asiente su accionar en una pedagogía caracterizada por ser dialógica, participativa, cooperativa, de y para la vida; una pedagogía contextualizada, centrada en las personas y en su aprendizaje y no solo en la trasmisión de información, a la vez que sea generadora de una educación de la ciudadanía con altos estándares éticos y profesionales, capaz de responder pertinentemente a los retos y demandas de la sociedad costarricense. Es decir, una pedagogía que reconozca los latidos de la vida, enlazada con las dimensiones afectiva, espiritual y material, y promotora de una red compleja y amorosa en la que nos edificamos y fortalecemos como seres aprendientes.